Escrito por Agencia Paco Urondo
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Jueves, 07 de Noviembre de 2024 18:21 |
Por José CornejoAPU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11:30 a 14 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con el periodista Guido Carelli Lynch, quien analizó la relación del gobierno de Milei con los medios de comunicación.
Agencia Paco Urondo: Como punto de partida, ¿considera que la ruptura del peronismo con Clarín, y con los medios de comunicación en general, es parte de la crisis actual? Guido Carelli Lynch: Sí, creo que el kirchnerismo, más que el peronismo, pero como su principal vector en los últimos veinte años, tuvo una crisis clara y de frente con los medios más poderosos del país, con Clarín a la cabeza, con sectores del campo, por la 125, y con los sectores medios. Eso fue lo que entró en crisis y nunca logró hacer pie. Tal vez hay sectores medios de la Ciudad de Buenos Aires identificados con el kirchnerismo, que son apenas una minoría y explican el resultado electoral del Partido Justicialista en CABA. Hay que decir que cuando no estaba el kirchnerismo no era mucho más victorioso tampoco. APU: ¿El origen de Javier Milei está en esa crisis? GCL: Se ven algunas similitudes de estilo de Javier Milei con ese kirchnerismo, como decía el politólogo Martín Plot, jacobino. Creo que hubo una etapa así del kirchnerismo, que iba para adelante, con el famoso “vamos por todo”, y Milei replica un poco ese estilo. Hasta ahora, que empezaron a chocar vía Twitter y a elegirse como oponentes con Cristina Fernández de Kirchner, había un reconocimiento del modo del presidente, que no regula y va para adelante. APU: La escala verbal es, al menos, mucho mayor. GCL: Sin dudas, esta similitud de estilo es eso nomás, que Milei como todo lleva a un extremo y Cristina parece una bebé de pecho al lado. Milei tira a todos al mismo tiempo y al máximo. Elige tener conflictos con los medios de comunicación, gremios, universidades, justicia, todo al mismo tiempo. Cristina elegía momentos para ir uno a uno. Otra diferencia. A mí me gusta una metáfora de Alberto Fernández como una suerte de mozo que iba levantando pedidos uno por uno y a todos les decía que sí. Con Hugo Moyano, la CTA y la UIA, es decir, con cada área distinta de cada sector donde siempre hay rivalidades. Le decía a todos que sí hasta que esa esa bandeja en algún momento se termina cayendo. Lo que hace Milei más o menos es decirle a casi todos que no al mismo tiempo. APU: ¿Considera que a Milei el conflicto con los medios le es rentable políticamente? ¿Se enoja mucho más con periodistas enfrentados al kirchnerismo que con los identificados? GCL: Sí, estoy de acuerdo, también hay otras explicaciones. Un dirigente importante libertario tenía una suerte de granja de “trolls”, algunos han crecido y hasta monetizan sus contenidos, que atacan mucho a los periodistas. La primera razón por la cual lo hacen es porque casi nada genera tantas interacciones como putear periodistas, te va a funcionar. Después hay una disputa del sentido con el macrismo, principal aliado, o con los sectores que, para hablar de medios, se posicionaron de un lado la grieta en contra del kirchnerismo. APU: Hoy con éxito. GCL: Esa batalla hoy parecería que la están ganando, por lo menos dentro de la política. Lo dijo Mauricio Macri el otro día en la Bolsa de Córdoba, “a los viejos meados nos importan las formas” pero después dijo que está bien y le gusta que el presidente sea transparente. Los diputados del PRO dicen que a su electorado no le importa más el republicanismo y la institucionalidad. Dicho sea de paso, al PRO hay que reconocérselo parcialmente porque también sacaron setenta DNU durante sus cuatro años en la Casa Rosada. Por otro lado, Manuel Adorni tiene una plataforma electoral espectacular. Es el funcionario que más veces aparece dando la cara todos los días y todo indica que va a ser candidato en las próximas legislativas. Creo que hay algo de los colegas, no los de Casa Rosada que son más laburantes de a pie sino de los micrófonos más importantes, que están esperando que los putee Milei para posicionarse. Me parece que hay un juego de eso, una hoguera de vanidades. APU: Da centralidad, cuando Milei cabalga sobre la estructura paralela a los medios que son las redes sociales. GCL: Sí, cabalga sobre esa estructura y trata de ejercer mucho control sobre esa discusión con un aparato estatal y paraestatal que funciona en parte en la Casa Rosada. Son Juan Carreira, director de Comunicación Digital, y todos estos dirigentes que responden a Santiago Caputo, como Agustín Romo y Nahuel Sotelo. Hay un dispositivo ahí que funciona y que, según da cuenta, por ejemplo, la consultora Ad Hoc, ese recurso se le está empezando a estropear. Ya no le funciona y no puede tener tanto control sobre la discusión, aunque Milei sigue manteniendo la centralidad en las redes sociales. Cada vez le cuesta más que ese mensaje sea mayoritario, univoco y que no tenga ninguna fisura. Empezó, más que nada, con el tema universidades y jubilaciones cuando cayó un poquito en las encuestas. Ahora, a pesar de que rebotó según dicen la mayoría, empieza a tener algunas fisuras ese relato de redes sociales. APU: Hay reclamos judiciales. GCL: Claro, después están las implicancias legales de todo lo que dice el presidente. Decían en Casa Rosada que baja al llano para contestarle a los periodistas o a los ciudadanos de a pie y putear. En Twitter, por ejemplo, diciendo barbaridades. Contra gobernadores de última están en el terreno político, los legisladores quizás tienen fueros. Ahora, contra periodistas o personas twittean como él ya es distinta la discusión. Hubo una demanda que presentó Jorge Fontevecchia, tal vez el periodista más agredido, al que Milei le deseó directamente la quiebra. El juez Sebastián Ramos se apuró en decir que está todo bien, ahora fueron para atrás. Roberto Gargarella, constitucionalista, dice que es uno de los posibles causantes del fantasma que recorre al gobierno que es el del juicio político, que hoy parece muy lejano. APU: ¿Temen en algún momento que el conflicto social o la crisis política ponga en riesgo la gobernabilidad? GCL: Toda puteada es rédito político, pero cortoplacista y tampoco hay un plan maestro. Los estrategas de Milei sí reconocen el don del presidente para conectar con las redes sociales, por ejemplo, con los ataques contra Lali Espósito. No hubo una mesa con borradores y apodos sino que dispara y sobre eso sí se monta el dispositivo paraestatal para digitar las conversaciones digitales, donde nació Milei y le interesa posicionarse. Con respecto a la gobernabilidad, tenés dirigentes muy importantes de ese famoso “Triángulo de Hierro” –Karina Milei, Santiago Caputo y el presidente- que dicen que el caos les conviene. Después tenés funcionarios de la casta, de la vieja guardia, que están un poquito más atentos e incluso dicen que a la fuerza de seguridad no le da lo mismo reprimir cada dos por tres. En el Ministerio de Seguridad ven que hay un escenario de conflictividad, no le encanta ir a reprimir por más que después la defiendan. La hipótesis es que hay un escenario de conflictividad social que va a ir en aumento. APU: ¿Los funcionarios consideran un escenario conflictivo para con ellos mismos? GCL: Creo, primero, que está la capacidad nacional de olvidar, no sé si perdonar, y después todos caen parados. Uno se entusiasma con algún dirigente que no te cae bien, cuando vuelva al llano, y después la agenda de teléfono que se llevan les alcanza para seguir teniendo laburo, pero mientras están en el poder todos cometen el error de pensar que es para siempre. Lo tenes al vocero presidencial haciendo el chiste con sus distintas fórmulas presidenciales. APU: ¿El nivel de agresión de Milei podría llevar a reagrupar un frente nacional entre esos espacios diversos? GCL: Creo que la contradicción que sienten algunos medios tiene que ver con sus propias audiencias. ¿La clase media hoy está con Milei o en contra? Diría que está más cerca, a pesar del ajuste, tarifas y que está comiendo bosta fuerte. Un ex ministro decía que nunca la clase media comió tanta bosta como con Milei, mirá si llega a diciembre con 2/3% de inflación. Ese escenario empieza a comprobarse, por supuesto mucha gente queda afuera. El cálculo del gobierno es si hay una porción lo suficientemente grande del electorado que permita ganar elecciones. APU: ¿Por qué la clase media está tan dispuesta? GCL: Creo que es una combinación de todo lo que dijiste. Es el dólar, es la aversión a todo lo que está enfrente, que también hay que decirlo parecería que no están en un ciclo muy virtuoso. ¿La interna del peronismo otra vez? A Axel Kicillof le están poniendo la ropa, muy a su pesar, de Alberto Fernández por quererse revelar. Creo que eso arrancó ya en la administración anterior, con Martín Insaurralde como interventor y comisario político. También Horacio Rodríguez Larreta tenía un Wado de Pedro, que era Jorge Macri y le fue mejor. La aversión y los errores de la oposición, en parte el dólar, y una sociedad que es muy aguantadora en todos los sectores pero que también está harta de vivir con inflación. Si algo dice Milei es que quiere terminar con la misma. Después, la trampa que tiene Milei, y todos los gobiernos, es si va a haber una lluvia de inversiones o si alguien va a poner plata en Argentina. Quizás gana en 202, ¿se salió con la suya? Con Macri se hablaba de ola amarilla en 2017 y después se quedó sin plata. Es cierto que Milei ha hecho un ajuste que Macri no, pero si eventualmente perdés las elecciones, si se pone competitivo porque se polariza y porque se arma un frente anti, como el anti Bolsonaro en Brasil, que me parece un escenario posible si hay algunas depuraciones y actos de generosidad, es decir, si está la posibilidad de que pierda, ¿cuándo la van a poner? ¿Y si gana todo lo contrario? Wado de Pedro dijo que hay que hacer un DNU más grande que el de Federico Sturzenegger para el otro lado. Parte del problema de diagnóstico de Argentina es que no se ponen de acuerdo en cuatro o cinco cosas, que cuando se apagan los micrófonos la mayoría de la política está de acuerdo. Por ejemplo, el orden macroeconómico y lo resquebrajado del sistema previsional, que es muy antipático de decir pero en privado los diferentes referentes de la política lo reconocían. Creo que el riesgo político de Milei es convertirse en un Remes Lenicov de la política, es decir, hacer ese ajuste para otros. APU: ¿Milei es consciente de eso? GCL: Hay que ver quién es Roberto Lavagna. De última estaban Eduardo Duhalde y después Néstor Kirchner, eran todos del mismo espacio por más que fueron cambiando los lineamientos. Milei lo que tiene es que no le importa nada. Ese es su gran activo, ser un kamikaze y hasta ahora le tocan buenas cartas. Están los deberes que hace el gobierno en materia de ajuste, pero está el planeta tierra que es imprevisible. Se resfrían Brasil o China, otra guerra dando vueltas y hay que ver qué tan firmes son las cuentas argentinas. Si tenés sequía otro año corta el chorro de dólares y no podes asegurar. Todos los gobiernos dicen que van a crecer veinte años. APU: ¿No cree que vaya a pasar? GCL: Soy bastante crítico, sí. No me gustan tampoco ni me gustaban antes los dirigentes que gritan mucho y se suben arriba del banquito moral. APU: Por último, usted también cubre la situación del peronismo. GCL: Sí, por ejemplo, el otro día veía la entrevista de Mayra Mendoza en Gelatina. Dice que “eran pares” con el gobernador. Viven 600 mil personas en Quilmes y 17 millones en la provincia. Me parece que no son pares. Es parte de esto de rayar a Kicillof. Por su parte, el gobernador está experimentando lo que en la época de María Eugenia Vidal llamaban el “efecto Scioli”, que ella también experimentó mucho tiempo. En la provincia la culpa la tiene el intendente o el presidente, el gobernador queda indemne. Eso hace que, a pesar de estar en una provincia estallada y con recortes de Nación, su imagen sigue muy buena. No creas tanto que es por vos. APU: ¿Y el peronismo de Martín Llaryora? GCL: Llaryora tiene el mismo problema que otros gobernadores y el tema medio que hablamos al principio. Está parado sobre un montón de votos que comparte con Milei. Estaba intentando desalambrar el cordobesismo y lo quería mandar a Juan Schiaretti a Buenos Aires, incluso a CABA. Hay alguna foto que se sacó con quienes no quieren a La Cámpora, que son los mismos de siempre, como Fernando Gray y Juan Zabaleta. Los hace ir a Córdoba, les dice que no son lo mismo, como le tendría que decir Axel a Mayra, y amenaza con construir otra lista, donde se anotan intendentes como Ariel Sujarchuk, por ejemplo, bastante críticos de la conducción de Kicillof y de Máximo Kirchner. Lo que pasa es que ellos dicen que hay 15 puntos ahí para disputar, pero otra vez mirando en espejo al gobierno de Macri, no se sabe si al final quieren hacer una patriada y plantarse al kirchnerismo, La Cámpora y Cristina Kirchner en el conurbano, o si le quieren hacer el enorme favor al oficialismo de restarle 5 o 10 puntitos para ayudarlos a ganar. Es lo que pasó con Florencio Randazzo, Alberto Fernández y el Movimiento Evita.
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