SI NO NOS COMPROMETEMOS FIRMEMENTE, "NO LLEGAREMOS A TIEMPO"

Estamos ya en el comienzo del mes de junio, vital período simplemente por ser el tiempo de cierre de listas a candidatos para intervenir en las PASO, en medio de situaciones no ansiadas, pero que en realidad es algo habitual en nuestro país, sin embargo lo que estamos viviendo en los últimos meses, considero que ha superado cualquier imaginación de un ser pensante.
Es muy evidente que ya no hay un poder desde el ámbito ejecutivo como en el legislativo que pueda marcar el paso de la política y orientarse hacia un modelo de país deseado por todos/as.

Puede sorprender el título del presente editorial y, hasta puede argumentar que es demasiado soberbio de mi parte por responsabilizar inadecuadamente a una población de aquellas cosas que producen los políticos. Sin embargo con hacer una lectura conceptual y con las neuronas bien abiertas, nos daremos debida cuenta que la responsabilidad hacia el futuro depende de su propio pueblo, ya no podemos ser víctimas inocentes de las mentiras del poder, principalmente por tener hoy los adelantos técnicos informáticos y científicos que hace algunos años carecíamos.

No podemos seguir consumiendo basura en la información

A cada uno/a de ustedes le puede significar muy cansador, tener que hablar o escribir muy asiduamente de lo mismo, sin embargo lo considero de gran interés profundizar sobre el consumo de dudosas informaciones, fundamentalmente cuando las mismas producen una confusión en cualquier comunidad que aspira a tener noticias reales o cercanas a ello.
Pasa el tiempo, sin embargo a una gran porción de nuestra sociedad le cuesta muchísimo entrar en razón para poder sacar conclusiones de todo lo que consume en algunos medios de comunicación, casi la totalidad (un 96%) de todo lo que existe en nuestro país.

A propósito, Patricia Bullrich tiene idea de lo que está diciendo?

Largo a manera de subtítulo la pregunta a Patricia Bullrich, cotejándola con la Cumbre de la CELAC, simplemente para poner en órbita a nuestra sociedad, lo digo con toda modestia, pues no encuentro alguna justificación acorde con la realidad con ése descabellado pedido de la detención a Nicolás Maduro de parte de la susodicha, teniendo en cuenta que además de no existir ninguna denuncia internacional para detener al mandatario venezolano, tampoco se admite semejante propuesta porque no está inscripto en los anales de la política o justica internacional tan insólita petición.
Para obtener en primer lugar un conocimiento profundo de que se trata esta nueva Cumbre, considero necesario hacer hincapié en la tan delicada situación de la región con los acontecimientos que hemos sufrido durante las últimas semanas, luego de la asunción de Lula en Brasil o más peligroso aun, lo que acontece en Perú luego de ser detenido arbitrariamente Pedro Castillo, con un nuevo estilo de golpe de estado en la región, donde ya contamos con más de 50 muertes en el hermano país.

Cuesta analizar con profundidad y obtener respuestas precisas con respecto al comportamiento de algún sector de la oposición, teniendo como base las acciones que muestran cotidianamente, dejando netamente en claro que van por un golpe institucional y no por la garantía democrática de cara al futuro.
Claro, usted tiene todo el derecho de imaginar o pensar que lo deseado por el autor en el presente editorial, tiene que ver estrictamente con una postura adversa a la idea o proyecto opositor, sin embargo para destruir cualquier mal pensamiento voy a puntualizar con seriedad y severidad cada intervención del sector aludido, pues no dejan dudas de cuales son sus objetivos malintencionados y golpistas.

¿Tanto cuesta entender que el neoliberalismo atenta contra el bienestar de los pueblos?

Basta repasar con atención lo que viene sucediendo en todo el planeta en los últimos tiempos, principalmente, desde que comenzó la pandemia producida por el Covid 19 y la actual guerra entre Ucrania y Rusia, como para sacar conclusiones en cuanto al accionar de algunos gobiernos y la forma de encarar semejante flagelo, sin que sus respectivas sociedades tengan que pasar privaciones que condenen no solo su presente, sino su futuro a largo plazo.